A simple vista parecería que no hay muchas diferencias entre un crucero marítimo y uno fluvial. A fin de cuentas, en ambos casos vas a bordo de una embarcación que se desplaza en una masa de agua, ¿verdad? Pero nada más lejos de la realidad: por muy raro que parezca, las similitudes son mucho menores en comparación a las diferencias. Por ejemplo, es más común encontrar personas que hayan viajado en algún crucero por el océano. Por otra parte, la curiosidad por las experiencias que se viven en un crucero fluvial se encuentra en pleno auge y crece cada vez más por ser menos comunes.
Si tienes curiosidad y quieres saber más para decantarte por uno u otro, ¡toma nota! Hemos preparado este artículo considerando varios aspectos importantes para ayudarte a escoger el más conveniente para ti.
Puertos y tamaño del barco
Quizás la diferencia más fácil de identificar a simple vista es el tamaño de las embarcaciones. Los barcos de cruceros fluviales oscilan entre los 90 y 120 metros de longitud promedio, siendo lo suficientemente pequeños para navegar por un río; en este sentido, sólo necesitan una pequeña zona para atracar. Así pues, lugares como el río Amstel, en los Países Bajos, el río Danubio en Budapest o el río Mekong en Hanoi (Vietnam) resultan ser ideales para embarcarte en la experiencia de un crucero fluvial.
Por otra parte, los cruceros marítimos son mucho más grandes, ¡más del triple que los fluviales! A medida que te acerques a ellos te parecerán embarcaciones gigantescas. Esta diferencia no sólo se da en longitud sino también en altura, ya que mientras los cruceros fluviales suelen tener solo 4 cubiertas, es común encontrar cruceros oceánicos que superan las 12 cubiertas de altura. Debido a estas dimensiones, necesitan grandes puertos para atracar, siendo algunos de los más populares Barcelona en España o Fort Lauderdale en Florida.
Itinerarios
El aspecto más interesante de los cruceros fluviales es la posibilidad de que un barco haga escalas en pequeñas ciudades a lo largo de su recorrido. Siendo así, es más probable que un itinerario comience en una gran ciudad y se detenga en pueblos pequeños y pintorescos. Siguiendo con el ejemplo anterior, puedes iniciar y terminar tu crucero fluvial en Ámsterdam, la ciudad más grande de los Países Bajos, pero podrás conocer puertos de ciudades más pequeñas como Veere y Arnhem. Otra gran ventaja en los cruceros fluviales es que, al navegar por un río, las vistas son siempre increíbles; montañas, pueblos, castillos, viñedos… ¡el paisaje es digno de postal las 24h del día!
Por su parte, los cruceros marítimos necesitan atracar en puertos que tengan las dimensiones adecuadas para que los viajeros puedan subir a los barcos, así como otras instalaciones. Por ejemplo, cuando un crucero por el Caribe atraca en Nassau o en las Islas Vírgenes, estas ciudades cuentan con la infraestructura necesaria para acomodar las miles de personas, incluyendo opciones como excursiones, compras y restaurantes, por mencionar algunas.
Asimismo, te recordamos que las grandes compañías de cruceros como Disney Cruise Line y Royal Caribbean tienen su propia isla privada donde sólo tienen acceso sus pasajeros respectivamente. Tanto Castaway Cay como CocoCay resultan lugares espectaculares para pasar un día lleno de diversión y relax, ya que son prácticamente una extensión del barco o bien resultan ser parques temáticos con versiones más grandes de todas las atracciones que reúnes a bordo.
Camarotes
Empezaremos este punto diciéndote que en cualquiera de los casos podrás disfrutar de un alojamiento de primera clase; a lo largo del itinerario descansarás en un cómodo, equipado y lujoso camarote con baño privado. Sin embargo, por el tamaño pequeño y estrecho en los cruceros fluviales, todas las habitaciones dan al exterior, por los que todos los pasajeros tendrán garantizada una ventana o un balcón para aprovechar el paisaje que los rodea.
En un crucero marítimo tienes más opciones de categoría de camarotes y los precios varían según su tamaño y la posición que ocupan en el barco; podrás escoger desde íntimos camarotes interiores hasta los más lujosos con mayordomo privado, no obstante, esta decisión siempre será tuya: puedes pagar un poco más para tener un balcón, o bien ahorrar dinero solicitando un camarote interior sin ventana.
Entretenimiento a bordo
En este aspecto en particular, los cruceros fluviales no pretenden competir con el entretenimiento que ofrecen los cruceros marítimos; sencillamente no cuentan con el espacio físico necesario para albergar cines, pistas de go karts o patinaje sobre hielo, toboganes, parques acuáticos, muros de escalada y otras experiencias novedosas que ofrecen los cruceros marítimos. Sin embargo, hacen el mejor esfuerzo posible por contar con entretenimiento de calidad en sus instalaciones. A lo largo del viaje podrás descubrir conciertos íntimos de violinistas, pianistas y otras actividades como divertidos juegos de mesa para disfrutar en grupos. Así pues, el entretenimiento es sencillo pero muy agradable. También es común encontrar una piscina pequeña pero suficientemente cómoda a bordo y jacuzzis con vistas exuberantes.
A bordo de los cruceros marítimos el ambiente es totalmente diferente. En las noches podrás divertirte en los casinos o asistir a espectáculos con calidad de Broadway. Las opciones de piscinas y jacuzzis son abundantes e incluyen opciones en varias zonas y cubiertas, sin hablar de las innumerables opciones de spa y ejercicio disponibles.
Visitas guiadas y excursiones
En los cruceros marítimos tendrás la posibilidad de reservar una excursión en cada puerto de escala y, en caso de no querer pagar por una visita guiada, puedes explorar por tu cuenta e ir a donde quieras. Eso sí, debes volver a la hora indicada.
En el caso de las excursiones en los cruceros fluviales, éstas suelen ser más cortas e intensas. Normalmente cuando llegas a una escala en particular, empezarás con una visita guiada opcional que dura entre 2 y 3 horas. Después tendrás tiempo libre para explorar por tu cuenta lo que te haya llamado la atención, lo cual es el punto fuerte de los cruceros fluviales, ya que podrás aprovechar al máximo el tiempo en cada destino. Algunos de ellos, incluso, pasan la noche en ciudades icónicas como Viena, Budapest o Bratislava, por lo que ofrecen una experiencia más inclusiva en dichas escalas. En general la mayoría de este tipo de cruceros ofrece visitas bastante buenas, como si de un todo incluido se tratase, incluso en ocasiones hay mejoras opcionales permitiéndote vivir una experiencia más cercana y premium en las ciudades donde hacen escala. Además, algunas compañías están ofreciendo cada vez más opciones que se adaptan a las preferencias de los viajeros, haciéndolas cada vez más personalizadas, ¡te harán sentir parte de la familia!
Como hemos podido ver, a pesar de que en ambos casos navegas por masas de agua, se trata de experiencias totalmente diferentes.
Los cruceros marítimos se caracterizan por ofrecer grandes espacios e instalaciones y una amplia gama de opciones de entretenimiento diarias. Así, hay opciones gastronómicas variadas, numerosos espacios dedicados al bienestar, como gimnasios y spas, y ocio a montones, con shows, cines, tiendas, salas de juegos… ¡incluso con parques de atracciones! En un crucero fluvial, por el contrario, encontrarás una experiencia más personalizada e íntima. Como sabes, el tamaño de estos barcos es ideal para conocer destinos con poco turismo.
¿Aún no te decides? Los expertos de SoloCruceros.com cuentan con toda la información que necesitas en lo referente a las diferentes navieras, itinerarios y puertos de embarque. Después de conocer más de cada una, es probable que quieras conocer lo mejor de ambos mundos… ¿te atreves?